Hace pocos dias, el Doctor Albert Hofmann murió a la edad de 102 años.
Por si no lo conocéis, Hoffman, Doctorado en Química por la Universidad de Basilea, fue el descubridor allá por 1938 de la “dietilamida del ácido lisérgico”, mas conocida como LSD.
En un principio no le encontrarón uso médico, cosa por la cual aparcó sus estudios sobre esta substáncia derivada del “cornezuelo del centeno” hasta 1943 cuando por casualidad se lo ocurrió que el LSD podría tener otros usos que los inicialmente pensados.
Fue entonces cuando sometiendo al LSD al proceso de cristalización, una pequeña dosis le “mancho” las puntas de los dedos provocandole unas percepciones distorsionadas de la realidad que le durarían un par de horas. Ilusionado y con la lógica curiosidad del investigador, se propuso hacer una prueba “científica” del LSD y ni corto ni perezoso se tomó una dosis de 250 microgramos de LSD(-25) (En la actualidad, un tripi contiene entre 20 y 80 microgramos y los de 80 son… claramente la excesivos para la mayoría de la gente que se ha atrevido con ellos!).
En medio del ‘viaje’ le pidió a su ayudante que le acompañara a su casa ya que se encontraba mal y fueron en bicicleta. Imaginaros el viajecito completamete colocado con LSD y montado en bicicleta…
Relata Hoffmann que durante unos minutos sintió que se iba a morir, que se acabaría su vida de una manera inútil y dejando mujer y tres hijos, ante su insisténcia, su ayudante que lo sometió a examen solo le “encontró” una dilatación anormal de las pupilas…
Pasados unos minutos de pánico (la pequeña muerte del extasis), el viaje se suavizó pasando a ser una experiéncia de luces y colores fantástica!
Por si no lo conocéis, Hoffman, Doctorado en Química por la Universidad de Basilea, fue el descubridor allá por 1938 de la “dietilamida del ácido lisérgico”, mas conocida como LSD.
En un principio no le encontrarón uso médico, cosa por la cual aparcó sus estudios sobre esta substáncia derivada del “cornezuelo del centeno” hasta 1943 cuando por casualidad se lo ocurrió que el LSD podría tener otros usos que los inicialmente pensados.
Fue entonces cuando sometiendo al LSD al proceso de cristalización, una pequeña dosis le “mancho” las puntas de los dedos provocandole unas percepciones distorsionadas de la realidad que le durarían un par de horas. Ilusionado y con la lógica curiosidad del investigador, se propuso hacer una prueba “científica” del LSD y ni corto ni perezoso se tomó una dosis de 250 microgramos de LSD(-25) (En la actualidad, un tripi contiene entre 20 y 80 microgramos y los de 80 son… claramente la excesivos para la mayoría de la gente que se ha atrevido con ellos!).
En medio del ‘viaje’ le pidió a su ayudante que le acompañara a su casa ya que se encontraba mal y fueron en bicicleta. Imaginaros el viajecito completamete colocado con LSD y montado en bicicleta…
Relata Hoffmann que durante unos minutos sintió que se iba a morir, que se acabaría su vida de una manera inútil y dejando mujer y tres hijos, ante su insisténcia, su ayudante que lo sometió a examen solo le “encontró” una dilatación anormal de las pupilas…
Pasados unos minutos de pánico (la pequeña muerte del extasis), el viaje se suavizó pasando a ser una experiéncia de luces y colores fantástica!
Bueno… Ya sé que no tiene mucho que ver, esta entrada con las que he publicado anteriormente en este blog, pero quería, ya que si buscais un poquito por internet, podréis encontrar información técnica sobre el LSD, sobre Hoffmann que no tengo ganas de poner aquí, explicaros algo y hacer una reflexión:

(Este es un tripi (completo, 25 dosis) de la bicileta, en homenaje al famoso viaje del Dr. Hofmann de vuelta a casa, uno de los mejorcitos que se pueden (o podían) encontrar)
Yo la primera vez que me comí un tripi, tuve una sensación realmente extraña, primero me dio por hablar por los codos, sin recordar nada en especial, y mas tarde, ya solito en casa tuve alucinaciones reales, me estaba desabrochando los cordones de las botas y al soltar el cordón del ojal, el cordón se desenrollaba un par o tres metros hasta terminar en una explosión de colores pastel que llenaban la habitación de los mas agradables colorines, mientras tanto las mas increíbles ideas se me pasaban por la cabeza, ideas sobre construir extraños aparatos, frases geniales, de esas que sueltas un medio de una conversación y causas sensación, soluciones a grandes problemas, ideas para grandes obras de arte... En fin un mogollón de cosas zumbando por mi mente como las explosiones de color pastel zumbaban por mi habitación...
Eso si, una vez pasadas estas sensaciones, me las vi y me las deseé para que esta sensación extraña que me llenaba el cuerpo y me rellenaba la cabeza, se acabase… Cuando después de varias horas (al menos la sensación fue esa) de subidones y ratos de calma me levanté de la cama, simplemente me aquejaba una leve pesadez mental, pero ni rastro del bajón físico que produce el alcohol o (como descubriría mas tarde) el speed, el éxtasis o la coca...
Durante bastantes años, y con diferentes grupos de gente tripé (del verbo tripar, comer tripis o disfrutar como si fueras en tripi) y NUNCA, repito NUNCA nadie se peleó, se puso violento o molesto, nos reíamos, nos contábamos nuestras paranoias, o simplemente estabamos callados mirando a la lejanía de nuestras mentes, y lo mejor ocurría cuando eramos varios que alucinábamos LO MISMO!!!! Todo era "así" y no de otra forma todo encajaba como en un reloj (suizo clarostá!), los ruidos ocurrian con un porqué inimaginable, la gente tenia la cara que tenía... porqué tenia que tener esa cara! Los pájaros volaban, a la altura y velocidad de debían de hacerlo, los árboles tenian el color que tenian porqué HAN DE TENER ESE COLOR!!! osea, lo más bonito de un tripi, creo yo, no es el posible alucine, (que nunca más tuve como la primera vez) no lo mas bonito es esta sensación de hiper-realidad, de consciencia total de uno mismo con su entorno, con la naturaleza que le envuelve... Osea, por si no se me entiende, el contacto con LA REALIDAD, cosa que creo super importante para formar mentes conscientes con los hechos que ocurren a nuetro alrededor, con la capacidad de discernir, opinar y desechar sobre las notícias, los hechos que ocurren en nuestro entorno.
En fin, no os diré que os comais un tripi, es una droga muy fuerte que me imagino que a gente propensa le pueda dar depresión o hasta algún brote psicótico, pero si os lo comeis, QUE APROVECHE!!!
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